Entras en un restaurante italiano, pides la carta y… ¡qué lío! Entre antipasti, primeros y segundos, no sabéis qué lugar ocupa la pasta ni donde están las ensaladas. Y eso que, con la carbonara, la boloñesa y la pizza, creías conocer la cocina italiana.
Que no cunda el pánico, que en este artículo voy a explicar de forma muy clarita en qué consiste un menú tradicional italiano y qué es cada cosa.
Empezamos con los entrantes, o antipasti, que son muy variados. Los más típicos incluyen embutidos, jamón, bruschette, verduras en vinagre o aceite, olivas y quesos. Aquí en Roma también son muy típicos los "fritos" (supplì, croquetas, flores de calabacín rebozadas...).
El primer plato, o primo, por antonomasia es la pasta, especialmente por estas latitudes. Si os movéis un poco hacia el norte, será más habitual ver arroces (casi siempre tipo risotto), minestroneo polenta en el menú de los primeros platos.
El segundo plato, o secondo, está compuesto por carne o pescado, según las zonas.
El contorno viene a ser un acompañamiento del segundo plato. Habitualmente se trata de verduras (cocidas y salteadas), a veces de patatas o incluso ensalada. En este último caso, la ensalada suele tomarse después del segundo plato.
El postre, dolce o dessert, puede ser fruta, un postre de cuchara (tiramisù, pannacotta), un dulce seco (crostata, galletas, etc.), macedonia, sorbete…
La pizza se merece una mención aparte por ser una de las pocas cosas que se consideran plato único aquí en Italia.
¿Listos para ir a comer? A mí me ha dado un hambre...
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