El café es, -junto a la pasta, los quesos y los embutidos-, una seña de identidad de Italia. Por ese motivo, un desayuno a la italiana que se precie, siempre incluirá un café elaborado en cafetera italiana, ya sea una máquina automática de presión como la de los bares y cafeterías que elabora un café espresso o una máquina doméstica como la moka con la que obtener un auténtico café italiano.
Los tipos de café habituales a la hora del desayuno son el cappuccino elaborado con café, leche y espuma de leche vaporizada o el café espresso concentrado en tamaño pequeño, fuerte y lleno de sabor. Para los que no toman café es habitual tomar un té para el desayuno, aunque no es frecuente tomar leche con chocolate.
Una cosa que hay que recordar es que un italiano solamente toma el cappuccino a la hora del desayuno, no cabe pedir un cappuccino en la sobremesa tras el almuerzo.
Es curioso que en general se toma el desayuno en la barra, de pie, no siendo habitual lo de sentarse a la mesa para desayunar en un bar. Si queréis tomar un zumo, el zumo de naranja recién exprimido es relativamente fácil de conseguir en las cafeterías que ofrecen desayunos.
Como elemento sólido, los italianos suelen preferir desayunar con alimentos dulces. Por eso es frecuente tomar piezas de pastelería como los ciambelle (una especie de rosquillas tipo donought) o un cruasán o cornetto, sin relleno o con mermelada, crema de chocolate o crema pastelera.
Si vuestra opción es desayunar salado, también son frecuentes los sandwiches como el tramezzino o incluso porciones de pizza de funghi o de jamón calentadas en el momento. También es muy común tomar paninis, que son panes pequeños rellenos con prosciutto o atún, o las bruschettas, si eldesayuno se ha retrasado y estamos más próximos a la hora de comer.
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